jueves, 3 de marzo de 2011

Así se vive desde una Cultura de Paz



Así se vive desde una Cultura de Paz

Lo que mas ha llamado mi atención durante el diplomado en Cultura de Paz ha sido el tema de los “Niveles de  Violencia”. Esta división me ha ayudado a entender  desde donde puede iniciar un trabajo para promover una Cultura de Paz.
Los diferentes niveles de la  violencia son: estructural, cultural y directa, siempre de la mano una de otra. Es decir si estamos en el nivel de plena expresión de la violencia ésta será debido a una reacción ante estructuras (violencia estructural), creencias y costumbres abusivas (violencia cultural).
Desde el inicio del tema fue muy revelador identificar estos niveles en las personas,  pero lo que amplió mi perspectiva fue el entender que esos tres niveles de violencia existen también en las ciudades y en la forma en que están constituidas.
Hablaré del ejemplo del uso de los vehículos motorizados como única forma de movilidad.
Culturalmente, por creencia y costumbre, hemos validado a los automóviles como las máquinas que mueven nuestra vida, se han convertido en dueños de nuestros traslados, de nuestro comportamiento, de nuestro tiempo y de nuestro dinero. Nos sentimos a fines a su carrocería, a sus colores y formas hasta ser considerado como un artefacto que satisface nuestras necesidades de pertenencia y la movilidad queda en segundo plano. Construimos las ciudades e inmediatamente se le da su lugar, darle espacio al automóvil sigue siendo símbolo de progreso y de campaña política, ¡entre más carreteras mejores ciudades! Esta forma de organización nos refleja cifras alarmantes como la presentada por la Organización Mundial de la Salud en el 2008, donde indica que la primera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años es por accidentes en automóvil o las más recientes estadísticas que tienen a México en los primeros lugares de enfermedades causadas por el sedentarismo y la mala alimentación.
Identificamos en este ejemplo la expresión de la violencia directa, con los datos que arroja el estudio de la OMS, también la legitimación cultural de los ciudadanos/as con el uso desmedido del coche y la desacreditación de actividades, como caminar y andar en bici. Todo esto alimentado por una estructura que no favorece otras formas de movilidad urbana.
Así, la violencia puede ser alimentada desde la estructura de las ciudades y hacer la diferencia entre pasar horas estresados en el tráfico con ruido y calor, y tener prácticas sustentables que permitan trasladarnos de manera rápida, segura y sin afectar el entorno.
 Cambiar nuestros hábitos de movilidad utilizando alternativas que nos acerquen a las personas, cambiar a  medios más sustentables y participar en las decisiones de proyectos municipales y de gobiernos cambiará la expresión de la violencia por la expresión de la Paz.
Muévete en bici y camina, haz ejercicio mientras llegas a tu destino, experimenta la sensación de libertad en movimiento, toma un transporte colectivo y lee un libro mientras llegas a tu destino. Cambia tus prácticas hacia una Cultura de Paz.
Miguel Villarreal
Coordinador del Taller de Formación Social en la Universidad de Monterrey
Voluntario en el colectivo ciclista Biciernagas (www.biciernagas.blogspot.com)


Esta nota fue escrita para el Boletín de CreeSer "Información para la Paz" en donde se comparte la experiencia en el Diplomado de Cultura de Paz y los niveles de violencia que se pueden percibir en las calles.
CreeSer es una organización civil que, attravés de proyectos educativos promueve la construcción de una Cultura de Paz.



Vínculo para leer el Boletín:
Así se vive desde una Cultura de Paz

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